Por más que lo esperemos, nunca dejará de ser duro
«Por más que lo esperemos, nunca dejará de ser duro», volví a repetirlo cuando me enteré de la partida de este planeta a un mundo mejor, de la mamá de mi socio Julián.

Ahora la señora Clarita está en compañía de los miles de ángeles que cada uno tiene en el cielo, como mi abuelita Jacinta y Asceneth, mis abuelitos Javier y Cayetano, así como el papá de Andrés, de Juan, de Lucciani, los cuales han sido recordados con cariño en este blog desde su creación.
La historia se torna diferente a las anteriores porque quien nos deja es la madre de una gran familia, la mamá de mi socio y por alguna extraña razón sentí como si fuera mi madre, eso me invade el corazón de mucha tristeza, pese a que no tuve la oportunidad de compartir con ella, salvo en un par de ocasiones cuando me ofreció unas onces en su casa, creo que el dolor que pueda estar sintiendo Julián y su hermano Fercho puede ser desgarrador, aunque las circunstancias hoy los lleven a centrar su atención en su papá y su estado emocional para asumir esta gran pérdida.
Siempre he creído que cuando una muerte llega de manera inesperada, genera mucho más impacto en los seres queridos, sin importar el grado de parentesco, así mismo podríamos pensar que cuando esperamos que llegue ese momento, producto de una enfermedad a una edad avanzada, será menos doloroso, pero no es así, el hombre se puede preparar mental y físicamente para esos momentos, puede ser todo lo racional que uno quiera, se oirán frases como… «está sufriendo bastante», «no quiero verla sufrir más», o «ya es momento que se vaya a descansar» y cuando llega el momento, es imposible no sentir impotencia y tristeza.
La muerte trae consigo esas cosas, el apego a las personas, el deseo de tenerlas para siempre a nuestro lado, es por eso que la vida tiene sentido, por eso es que debemos disfrutar cada momento con las personas que Dios nos ha puesto en el camino o cuando nos ha puesto en el camino de alguien más.
El amor de una madre hacia un hijo es incalculable, por ende el dolor de perderlo, aquí tengo una gran historia…
Sin embargo, el amor de un hijo hacia una madre es especial y más el de Julián, hasta en el lecho de su muerte estuvo con ella, cuidándola, disfrutando de su compañía, hasta que Dios decidió que era momento de llevársela a descansar; en adelante Julián, su familia, sus vecinos y todas las personas que tuvieron la oportunidad y el privilegio de compartir con ella, desde cuando eran niños y pasaron por sus cuidados mientras sus madres trabajaban para sacarlos adelante, la extrañaran como yo extraño a mis abuelos, ¿verdad Doc Marthica?, cada uno a su manera, con un recuerdo especial, con un sentimiento único que permitirá que nunca sea olvidada.
Espero que este momento, sea recordado con cariño porque Clarita estuvo acompañada por decenas de personas que la llevan en su corazón, porque mi socio, su hermano y su sr padre estuvieron rodeados de amor y regocijo por quienes han llegado a sus vidas, espero que tengan fortaleza en su corazón, además deseo bendiciones y paz para este nuevo viaje que inicia Clarita junto a miles de Ángeles.
A todos esos hijos que aún tienen a su mamá con ustedes, valórenla, aprovéchenla y gocen cada instante de tiempo con ella, para que podamos tener el corazón tranquilo, como está Julián ahora, porque en adelante, esa promesa que nos hizo nuestra mamá cuando eramos niños, será cumplida a cabalidad, ahora tendrán o tienen el mejor Ángel que los cuidará por siempre; Un saludo especial para Adrian Lara y Pipe Calero.

La señora clarita se encuentra celebrando en el cielo y siempre estará en el corazón y en la mente de Julián. DIOS sabe cómo hace las cosas y el destino. Tuvo la oportunidad de ser mamá, hermana, hija, amiga. Un gigante abrazo
Gracias por esas palabras Angela. Abrazo.
Empatia, un gran corazón, un sentir solidario, los admiro sres.
Así es parcerooo. abrazo